lunes, 11 de octubre de 2010

FUNDAMENTOS DE LA DANZA CRISTIANA


Nuestra alabanza y adoración debe estar llena de expresiones que manifiesten nuestros pensamientos, actitudes, deseos o nuestro estado e ánimo por medio de palabras o gestos. Los gestos son una acción realizada por un impulso o sentimiento.
Manifestar con nuestro cuerpo alabanza y adoración no es algo opcional, es un mandato divino porque nuestros cuerpos fueron comprados por precio de sangre para que le alabemos y adoremos por la eternidad. (1 Cor. 6:19-20).
La danza es mucho más que un simple conjunto de movimientos. Cuando el objetivo es danzar para el Señor también es una forma de adoración que refleja una actitud del corazón.
DEFINICIONES DE DANZA CRISTIANA”:

Es una Forma de Comunicación Visual: Se pueden expresar los diferentes atributos de Dios. Así como los músicos y cantores están expresando con su instrumentos y con su boca algo que tienen en su ser; así la danza está expresando a través del movimiento adoración; no solo se está oyendo, sino que se está viendo.
Es el Idioma o el Lenguaje del Movimiento: A través del movimiento estamos expresando algo, ya sea comunicándole a Dios nuestra adoración o interpretando cosas que vemos en nuestro espíritu o palabras de un cántico nuevo con movimientos. A veces las palabras nos limitan para expresar lo que sentimos.
Es Expresión de Gozo: Por medio de movimientos rítmicos del cuerpo con un acompañamiento musical podemos expresar el gozo del Señor en nosotros.
Es el resultado de una vida de adoración: Es la expresión corporal de lo que hay en nuestro interior.
Es un Idioma Poderoso: Con destreza en los movimientos, con creatividad y con la ayuda del Espíritu Santo, comunicamos un mensaje, interpretamos un cántico o profetizamos una palabra del Señor.
Es Intercesión: Es estar delante de Dios representando a la congregación y a la vez invitando a ésta ante su presencia. Somos sacerdotes delante del Señor, ministrándole a El; los que por alguna circunstancia no pueden adorarlo, se contagiarán y sentirán el deseo de entrar ante su presencia en adoración, porque si estamos en comunión con el Señor, Su Presencia se reflejará en nosotros, en nuestro rostro y movimientos, entonces muchas personas serán ministradas y estaremos tomando la posición de sacerdotes delante del Señor y por ello delante de la congregación.
Es Guerra Espiritual: Dios unge nuestras manos y nuestros pies para la batalla. Es una forma de enfrentar al enemigo a través del movimiento.
Es una Expresión Artística: Dios creó la danza dentro del arte. La danza es para Dios y sus hijos, para hacer fluir de nosotros la vida y naturaleza de Él. La fuente de todo arte es Dios. Dios nos quiere solo para El.
No obstante, la danza cristiana tiene una serie de significados en sus movimientos con un sustento bíblico. Entre algunos de ellos:
PALABRAS DEL HEBREO:
CHIYL:  Dar vueltas, enrollarse, girar en una manera circular, especialmente danzar en círculo, retorcerse con dolor o temor, retorcerse en temor o temblar en temor, dar vueltas como torbellino, tirar o lanzar como se lanza una espada. También crear, formar, nacer, ser fuerte o hacer firme.
MACHOL: Un grupo de danza o una danza en redondo o un coro que quiere decir cantar y danzar en círculo.
MACHOLAH: Palabra de género femenino que significa compañía de danza de mujeres o un coro de danzadoras.
En Jueces 21:21 encontramos las palabras Chiyl y Macholah como bailar y corros respectivamente. Donde corros significa cerco que forman varias personas para divertirse o una danza en círculo. Las danzas Machol eran varias maneras en que los sacerdotes adoraban al Señor en el tabernáculo de David. En el Salmo 150:4 la palabra danza corresponde a Machol.
CHAGAG: Moverse en círculo, marchar en procesión sagrada, brincar y danzar en danzas santas, observar una fiesta o festival religioso en medio de una asamblea o grupo de personas. Danza muy viva acompañada de música.
CHAG: Fiesta religiosa, un festival o un sacrificio, danza o marcha sagrada. Las fiestas para Israel eran muy comunes e importantes, las personas que no asistían a estas eran “excomulgadas”. Aun Jesús y los primeros cristianos vinieron a Jerusalén a celebrar estas fiestas. En el Nuevo Testamento vemos el cumplimiento de estas fiestas en Cristo y en la Iglesia. En el Salmo 42:4 la palabra fiesta viene de Chagag y en Jueces 21:19 “fiesta solemne” viene de Chag.
HALIKAH: Los caminos de Dios. Es la versión femenina de la palabra Halik que significa caminar, caravana, compañía de viajeros o procesión o marcha. En el salmo 68:24 la palabra caminos es procesión solemne.
YADAH: Mover las manos con gestos de gracia, alabar, tirar los brazos, extender los brazos con fuerza, adorar con brazos extendidos.
TOWDAH: Extensión de las manos en señal de admisión, confesión o adoración. Este tipo  de alabanza con las manos es un signo de necesidad o de entrega total. También quiere decir un sacrificio de alabanza y actitud de gracias. Hallamos estas palabras en el salmo 42:4,5.
CABAB: Procesiones. Danza circular alrededor de altar y generalmente acompañada de cánticos y de salmos. Dar vueltas alrededor del altar y generalmente acompañada  de cánticos y de salmos. Dar vueltas alrededor, rodear, entregarse a uno mismo, dar vueltas alrededor de un objeto sagrado. (Salmo 26:6).
PAZAZ: Solidificar, como cuando se refina por el fuego, saltar separando brazos y piernas, ser muy ágil, veloz y hacer pasos como al estilo ballet en movimientos de brincos cortos.
KARAR: Danzar, girar, regocijarse, brincar, saltar, correr.
En 2 Sam. 6:16 saltaba es Pazaz y danzaba es Karar.
RAQAD: Estampillar con el pie, saltar de gozo, danzar, saltos o brincos.
SACHAQ: Reírse, jugar, hacer como deporte, danzar acompañado de un instrumento musical o de voces.
En 1 Crón. 15:29 saltaba es Raqad y danzaba es Sachaq.
GIYL:  Gozar, dar vueltas bajo la influencia de una emoción extrema, como producto de un gozo muy grande, dar vueltas en círculo, brincar de gozo, temblar. En el Salmo 149:2 gocen es Giyl.

ALAZ: Regocijarse y dar gritos de gozo, brincar de gozo y de regocijo. En el Salmo 149:5 regocíjense es Alaz.
DALAG: Dar brincos y saltos. (Is. 35:6).
SHUWR: Pantomima. Es el ministerio del cantor cómico. Es celebrar en canto, cantar acerca de alguien. Es como pasearse cantando o haciendo expresiones. En Éxodo 15:21 cantad es Shuwr.
PALABRAS DEL GRIEGO:
ORCHOS: Un aro o círculo, anillo o línea.
ORCHEMAÍ: Danzar levantando los pies con movimientos regulares. (Mateo 11:17).
CHOROS: Coro como de una canción. Cuando vemos la palabra Choros y coro, es un grupo de cantores que también está danzando y de aquí viene la palabra coreografía. Danza en círculo o compañía de danzadores o cantores. En Lucas 15:25 danzas es Choros.
AGALLIASIS: Viene de la raíz griega Agalliao que significa brincar de alegría, regocijarse, alborozarse, tener mucho gozo, alegría, dar brincos y volteretas. En Hebreos 1:9 alegría es Aguilliasis.
EXALLOMAI: Saltar y brincar. Dar un brinco muy alto y muy fuerte; metafóricamente se refiere al brinco del agua al salir de una fuente.  (Hechos 3:8).
SKIRTAO: Danzando en persecución, dar brincos y saltos, moverse armónicamente en respuesta de algo. En Lucas 1:44 “saltó de alegría” es Skirtao.
Ni el hebreo, ni el griego alcanzan para expresar lo que Dios tenía para nosotros; sin embargo, gracias al mover del Espíritu Santo por el cual pasamos, tenemos el privilegio de recibir la revelación de la palabra y no ser tan limitados por el idioma para aprender a adorar a Dios de la forma como Él quiere que le adoremos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

LOS ENEMIGOS DEL VERDADERO ADORADOR

Hay situaciones, actitudes o personas que tratarán de impedir que seamos uno de esos verdaderos adoradores que Dios quiere que seamos, y para que nos convirtamos en un falso adorador. Debemos aprender a reconocerlos y sacarlos de nuestra vida.  Algunos impedimentos para adorar a Dios en espíritu y verdad pueden ser:
     
1. El Pecado. El pecado es el primer obstáculo para la alabanza. Es una razón de porqué algunos cristianos no alaban a Dios. El pecado no confesado nos inhibe delante de la presencia de Dios. No nos sentimos libres ni cómodos en la presencia de Él si somos conscientes de pecado no perdonado en nuestra vida.
Hay una repuesta muy obvia a este obstáculo: confesar el pecado a Dios y aceptar sinceramente su perdón y limpieza de manera que pueda ser restaurada una relación correcta con El y se libere el fluir de la alabanza (1 Juan 1:9).
2. Satanás, quien odia que adoremos a Dios. Es difícil para nosotros comprender el odio profundo que Satanás siente hacia Dios y cuánto aborrece escuchar a los cristianos alabándole.
Fue la envidia profundamente arraigada en el corazón de Satanás hacia Dios lo que provocó su caída. En su arrogancia, se creyó mayor que Dios. Cada vez que escucha a los creyentes alabando su Nombre, se llena de gran ira y celos. Por consiguiente, el enemigo procura suprimir y desanimar toda alabanza dirigida a Dios. Uno de los ministerios que Satanás siempre busca destruir es el de la adoración (Alabanza, Danza y Música), generalmente trayendo desánimo, desaliento, rencillas, divisiones, orgullo, etc.
3. La falta de control de la mente . Alguien comparó a la mente con un árbol lleno de monos saltando de rama en rama, gritándose y charlando unos con otros. ¿Cómo superar esta mente distraída e inconstante, cómo hacemos para ir más allá de las imágenes y los pensamientos que constantemente pasan por nuestra mente precisamente cuando vamos a orar o adorar a Dios?
El apetito de la mente, al igual que del estómago, se acostumbra a la dieta que consumimos. Pensar en lo justo, lo puro y lo amable desarrolla el hambre de recibir más de la bondad de Dios. Pero si ingerimos la basura que nuestra sociedad llama excelente, desarrollamos un gusto por tales cosas. El mundo presenta unas ofertas deliciosas a la vista. La TV es un ejemplo, en la que hay mucha basura. Algunos creyentes creen que está bien ver programas que violen los valores bíblicos, ya que es "sólo un entretenimiento". Pero, todo lo que ingiere nuestra mente determina nuestras ideas y nuestros valores. El dejar que las malas enseñanzas y las ideas pecaminosas penetren nuestra mente, puede destruir nuestra percepción bíblica del bien y el mal y nos impiden concentranos en la oración, adoración o lectura de la Biblia.
El mejor consejo para controlar nuestros pensamientos es el que nos da el apóstol Pablo en Fil. 4:8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
4. El mal uso del tiempo y las prioridades invertidas.  El tiempo es algo que no podremos recuperar. El tiempo es algo que todos tenemos más, sin embargo no todos sabemos administrarlo o manejarlo correctamente. La Biblia nos enseña sobre el tiempo y nos dice “Que hay tiempo para todo”. Esto quiere decir que todo durante el día tiene un orden y todo lo que hacemos o realizamos se tiene que hacer durante un lapso de tiempo.
Hoy en día el mal uso del tiempo tiene como principal causa el abuso de: TV, xbox y video juegos, muchas películas, teléfono, chat, internet. ¿Cuanto tiempo estamos pasando en estos temas en lugar de usar el tiempo para las cosas que nos prosperarán material y espiritualmente o para estar a solas con el Señor?
5. La trampa del orgullo. El orgullo obstaculiza por completo y hace desaparecer la alabanza y la adoración verdaderas. La altivez es nuestro mayor impedimento en la adoración. Es sutil y levanta su fea cabeza cuando menos lo esperamos. Si nos descuidamos, hasta podemos llegar a sentirnos orgullosos de nuestra humildad.

Si nos sentimos orgullosos de nuestros dones, haremos exhibición de ellos a fin de impresionar a los demás y revelar nuestro secreto deseo de ser aplaudidos. Hay algunas iglesias donde la gente hasta adora su propia adoración a Dios, en lugar de adorar a Dios. Antes de su exilio, Lucifer dirigía la adoración en el cielo. Era el que más cerca caminaba del trono de Dios, hasta que se volvió orgulloso y quiso ocupar el lugar de Dios (lea Ez 28:14-15).

6. La voluntad propia. La fea gemela del orgullo es la voluntad propia. En Isaías 14:12-14 Lucifer manifiesta esa voluntad: "Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y en el monte del testimonio me sentaré, sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo".

No conjugue ninguno de estos verbos en primera persona, porque su orgullo y su voluntad propia van a tener por consecuencia una caída. Y ahora, clave los ojos en el escenario para ver el gran final, la caída: "Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo", (Is 14:15). Debemos rendir cada día nuestra voluntad bajo la voluntad de nuestro Dios y Señor.

7. La tradición. Las tradiciones son las cosas que hacemos porque así las hemos recibido de otros. Los principios enseñados por hombres que no tienen sus raíces en la Palabra de Dios, son tradiciones de hombres. Una tradición de hombres enseña a la gente las formas de acercarse a Dios con religiosidad; formas que tienen la apariencia de ser adoración a Dios en el ambiente de una iglesia. Pero la adoración inventada por el hombre sólo es un servicio externo, y con frecuencia el corazón de las personas se halla muy lejos de Dios.

8. Ofrecer Adoración Falsa. Hay una forma correcta y otra incorrecta de adorar a Dios. Una vez que hayamos oído la verdad, en realidad nuestra ignorancia ya no tendrá excusa. La falta del conocimiento espiritual para "adorar en verdad", no sólo nos aparta de la verdadera adoración, sino que con facilidad nos puede guiar a una adoración incorrecta que tiene efectos secundarios dañinos. Ofrecen adoración falsa:

1. Los que ofrecen adoración ignorante (Hech. 17:22-23).   a. Ignorante de la verdadera naturaleza de Dios (Dios es espíritu). b. Ignorante de la adoración que Él desea.                                                                   

2. Los que ofrecen adoración vana (Mat. 15:7-9). a. Basada en tradiciones de los hombres, mientras se ignoran los mandamientos de Dios.  b. Ofrecida sin involucrar nuestro espíritu.
3. Los que ofrecen adoración almática.   a. Impuesta por sí mismo, no dirigida por Dios. b. Adoran con lo que les agrada, lo que les gusta, lo que piensan que es bueno, pero…¿Le gusta a Dios?.  c. Prefieren lo que está basado en cómo se oye la alabanza.  d. Prefieren lo que está basado en cómo se siente la adoración. e. Los adoradores que se concentran más en el hombre que en Dios, que dirigen su adoración más hacia el hombre que hacia Dios. Se llega a esta conclusión porque su ministración es efectuada para: impresionar al hombre,  impactar al hombre, ser vistos y admirados por los hombres, entretener a los hombres.
9. La falta de perdón. Jesús proclama que es necesario perdonar: "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial", (Mt 6:14). Nuestra adoración se ve obstaculizada cuando nos mantenemos sin perdonar a alguien, tanto si la ofensa es real, como si es imaginaria. Para entrar en la presencia de Dios el perdón es imprescindible, no es algo optativo para el verdadero adorador, es un requisito.

10. Las pasiones juveniles (2 Tim. 2:22). Pasión, en este verso quiere decir un deseo intenso, esta palabra se usa mayormente para los deseos pecaminosos o la concupiscencia. Nos dice la palabra de Dios: Huye de las pasiones Juveniles, nota también que no dice: “Enfréntala” o “Lucha con ellas”, ¡no!, te dice ¡¡Huye!! Este verbo como huir podría también traducirse como Rechazar. “Rechaza los deseos pecaminosos de la Juventud.” 
Por cuanto la verdadera adoración es espiritual, ésta no tiene ninguna amistad con los deseos carnales. Las pasiones juveniles son enemigas de la verdadera adoración. Gálatas 5:24 dice que “los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”

¿Es su deseo ofrecer a Dios una adoración verdadera? Si lo es, dé estos importantes pasos:

1. Confiese todo pecado oculto o hábito pecaminoso en su vida y tome la decisión de dejarlos.

2. Aprenda a discernir las obras de las tinieblas y repréndalas.

3. Llene su mente de la Palabra de Dios y rechace todo pensamiento que venga a su mente cuando esté en la presencia de Dios.

4. Ordene su tiempo diario elaborando una agenda. Dele prioridad a Dios en su vida.

5. Pida la presencia de Dios para que lo haga más receptivo ante los cambios que Él quiere hacer en usted.

6. Humíllese ante Dios.

7. Deseche las tradiciones de hombres.
8. Arrepiéntase de su actitud de no perdonar y tome la decisión de perdonar siempre a los demás, aunque ellos no se arrepientan ni le pidan perdón.

9. Pídale a Dios que le de fuerza para no dejarse arrastrar por las pasiones juveniles.

10 FORMAS DE ADORAR SIN MÚSICA

Adorar es el proceso de rendir nuestra vida entera en las manos de Dios. Todo lo que hacemos puede y debería ser un acto de adoración. Dios nos diseñó para adorarlo con nuestra vida entera, de hecho, existen hábitos espirituales que podemos fomentar en nuestra vida y que nos ayudan a adorar a Dios a un nivel más íntimo. Lamentablemente hemos relacionado la adoración solo con la música y el canto (esto no quiere decir que no debamos utilizarlos), pero tenemos a nuestra disposición una gama de expresiones de adoración, con la que podemos expresar nuestro amor a Dios sin caer en la monotonía.

A continuación estudiaremos diez maneras de adorar a Dios, sin utilizar la música.

1. Adorando por medio de la oración. A menudo perdemos de vista este importante componente de nuestra vida de oración. Piense en aquellos asuntos por los que generalmente ora. ¿Cuánto de su vida de oración se centra en usted y cuánto en Dios? No hay duda de que Dios quiere que le compartamos todo lo que ocurre en nuestra vida. Pero también quiere que lo conozcamos mejor. Cuando nuestras oraciones afirman quién es Dios, ponemos nuestra vida de oración en una perspectiva apropiada. Eso es exactamente la forma en que Jesús nos enseñó a orar. En el Padre Nuestro, en el Evangelio según Mateo (6.9–13), Jesús empieza la oración diciendo: «Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre». Con esta oración, Jesús nos enseña una importante lección: La oración comienza con Dios. Debemos incluir en nuestras oraciones un tiempo en el cual nos enfoquemos en quién es Dios y lo que ha hecho Dios por nosotros y adorarlo por ello.

2. Adorando con la Palabra. ¿Cómo podríamos adorar a Dios si no tenemos un claro entendimiento de quién es Él? La verdad acerca de Dios es esencial para adorar. Debemos prestar más atención al libro de los Salmos. Ningún libro en la Biblia invierte tanto tiempo describiendo cuidadosamente a la persona de Dios como éste. Podemos utilizar porciones de los Salmos adaptadas al momento para adorar a nuestro Dios.

3. Desarrollando en nuestra vida el hábito de la gratitud. (Ef. 5:20). Esto requiere que veamos el mundo a través de un par de lentes diferentes. Cuando vemos a través de los lentes de gratitud, vemos nuestra vida —y todo lo que hay en ella— como un regalo de Dios. Debemos empezar a agradecer a Dios por todo lo bueno que ha hecho en nuestra vida.

4. Postrándonos. (Salmo 95:6). Debemos empezar a entregarle a Dios áreas de nuestra vida que nunca antes le habíamos dado. Este es el corazón de la adoración: rendirse. Dios no busca 90% de nuestra vida; él lo quiere todo. Posiblemente, usted haya sido por mucho tiempo un seguidor de Jesús, pero ciertas áreas de su vida aún no se las ha entregado, las reserva solo para usted. ¿Cuáles son esas áreas? Solo usted lo sabe. Dos buenos lugares para echar un vistazo son nuestras finanzas y nuestro tiempo. Debemos mirar las áreas de nuestra vida donde invertimos más tiempo y dinero. ¿Honran a Dios?
En el aspecto físico, postrarnos es una forma extrema de cortesía (reverencia) y adoración. El caer delante de alguien o tenderse frente a él o ella es una señal de reverencia suprema. Es una forma de humillarse uno mismo para aumentar el sentido de elevación de Aquél delante de quien nos postramos.

5. Orando y Cantando en Lenguas. (1 Cor. 14:13). Cantar en lenguas es un vehículo para adorar a Dios, un medio para que el Espíritu adore en nosotros. El canto en lenguas expresa sentimientos y pensamientos. El Espíritu Santo se une a nuestro espíritu, no lo sustituye. Se sirve de todos los recursos de nuestra naturaleza. El don consiste en dejarse interior y exteriormente con sencillez, para que pueda brotar este lenguaje de niño. El canto en lenguas se convierte así en el lenguaje de la alabanza, de una alabanza integral, de todo el ser, en la presencia de Dios.
El canto en lenguas no es una sucesión de notas ensayadas o una melodía compuesta. Es una irrupción espontánea, dejando a la persona en libertad para cantar o callarse, que impulsa directamente a alabar al Señor. Cada persona canta con su voz, bonita o no, con su propio timbre y su estilo particular. Sin embargo, el conjunto muestra una impresionante acción del Espíritu, que va constituyendo una unidad en la variedad de voces y melodías. El efecto es una adoración más allá de lo medible o expresable. Solamente si se ha experimentado se puede comprender esta realidad.
La mente no tiene un entendimiento natural de lo que se canta; con todo, al mismo tiempo tiene un conocimiento intuitivo de que nuestro espíritu está alabando y magnificando a Dios con “lenguas angélicas”.
6. Adorando con cantos espontáneos o cánticos nuevos. (Salmo 149:1). Son cantos que brotan del corazón de forma espontánea, en un ambiente de alabanza o de adoración acompañada de música o sin ella. (Col. 3:16).  Son cantos o himnos dados directamente por el Espíritu, y cantados espontáneamente a medida que Él inspira tanto las palabras como la melodía. Tales cantos suelen ser entonados en el lenguaje de la persona que los articula.
7. Adorando con Adoración líquida. (Lucas 7:36-38). El llanto puede ser también una respuesta legítima de alabanza a Dios. No es el llanto que viene de la tristeza o de un corazón quebrantado, sino el que procede de la gratitud y de la adoración de corazón. A veces cuando meditamos sobre la grandeza y bondad de Dios, la única respuesta apropiada a su amabilidad es derramar lágrimas de gratitud.
No debemos temer hacer esto, pues no es una señal de debilidad. Debemos dejar que las lágrimas fluyan. Nuestra reacción humana es a menudo contener las lágrimas. Sin embargo, llorar puede expresar, a veces, los deseos más profundos de nuestro ser en una forma que ninguna otra cosa podría hacerlo. En ocasiones produce una profunda liberación.
Tampoco es bueno darse al llanto demasiado, pues eso puede ser una señal de que algo anda mal en nuestro interior. En tales casos, hay necesidad de sanidad interior.
8. Danzando para el Señor. (Salmo 150:4).
No solamente en público, sino también en nuestro tiempo a solas con Él. Cuando danzamos en nuestro devocional privado para Jesús, tendremos la absoluta seguridad de que lo hacemos para ministrarle a Él y no a los hombres. En lo secreto de nuestra habitación Dios puede darnos nuevos pasos de danza y nuevas revelaciones que se podrán incorporar a este ministerio.
9. Levantando las manos. Levantar las manos es una señal universal de redención o sumisión. Cuando las alzamos delante del Señor estamos reconociendo que nos sometemos completamente a Su voluntad y le decimos que somos suyos incondicionalmente.
Las personas que no están completamente rendidas a Dios tienen grandes problemas a la hora de hacerlo, aunque aparente ser una cosa muy simple. Se resisten firmemente a esta manera de adoración. Sin embargo, una vez que lo hacen viene sobre ellos una gran liberación, la cual, muchas veces les habilita para expresar alabanzas de muchas otras maneras.
“Alzad vuestras manos al santuario y bendecid al Señor” (Sal 134:2). Es también una señal de un anhelo profundo de adorar a Dios. “Escucha la voz de mis súplicas, cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo” (Sal 28:2). Es además simbólico de la sed espiritual que sentimos por Dios. “Extiendo mis manos a ti; mi alma tiene sed de ti, como una tierra sedienta” (Sal 143:6).
10. Hablando de sus poderosos hechos. (Salmo 145: 4-7). Esta es la evidencia de un corazón enamorado. Hablamos constantemente de aquel a quien amamos. El adorador debe dar testimonio permanente de quien es Dios y de lo que Dios hace en la vida de los que le aman.

Conclusión: Todas estas expresiones de adoración son válidas únicamente cuando son expresadas con sinceridad de corazón, tal como dice en Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor…”

lunes, 13 de septiembre de 2010

EL VERDADERO ADORADOR NO NACE: SE HACE


Ciertamente no somos efectivos en nuestros tiempos en la presencia de Dios debido a que no nos enfocamos en lo que Él define como adorador. Podríamos definir a un adorador, como aquel que se entrega en una íntima y profunda manifestación de gratitud y alabanza a Dios. No importando las circunstancias por las que está pasando eleva adoración que sale de su corazón, de su espíritu. Adora en lo secreto como en público, no depende de otro para expresar lo que el creador de su alma le inspira, no se rige por ideas humanas sino por la Palabra y está siempre dispuesto a rendir todo su ser a Él.

COMO SER UN VERDADERO ADORADOR.

El verdadero adorador se hace en un proceso. No se hace un adorador de un día para otro. Ser adorador es un estilo de vida que se caracteriza más por la actitud del corazón que por las cosas que podemos hacer como las expresiones o formas de adoración. Dios está más interesado en lo que somos que en lo que hacemos. Dios está más interesado en que seamos verdaderos adoradores que en la adoración que le ofremos.

¿Cómo podemos caminar en esa dimensión? Las siguientes son algunas pautas que nos ayudarán a ser un verdadero adorador:

1. Ofreciendo a Dios una rendición total. La palabra adorar también significa ofrendar, y a través de las escrituras encontramos la palabra adoración como sinónimo de la palabra "sacrificio" u ofrenda. El apóstol Pablo nos presenta esta verdad en el siguiente versículo:

Rom 12:1 “…Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro culto racional…”

La palabra “cuerpos” se define como un todo, no contemplando únicamente la dimensión física de nuestro ser, sino las 3 dimensiones con las que Dios nos creó. Espíritu, alma y cuerpo. 1 Cor. 15:44 el apóstol Pablo hace distinción entre dos de los cuerpos de que habla en Rom. 12:1; el cuerpo espiritual y el cuerpo animal o nuestra alma. Con lo anterior queda establecido que se requiere que nuestra adoración involucre todos nuestros cuerpos, el espiritual, el animal (alma) y el físico.

El “sacrificio vivo” mencionado por el Apóstol determina la acción de ofrecer o rendir continuamente nuestra vida (sacrificio vivo) en adoración a Dios. Dios no quiere una parte de nuestra vida. Pide todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra mente, y todas nuestras fuerzas. (Marc. 12:30).

Para los judíos el corazón es el verdadero hombre que nosotros somos y que a veces ni nosotros mismos conocemos. Lo adoramos de corazón cuando lo adoramos como realmente somos al interior de nuestra habitación; lo adoramos de corazón, cuando lo adoramos tal y como somos.

Debemos adorarlo con nuestra alma, esto es, rendir a Él nuestra voluntad de tal manera que siempre tengamos la disposición de adorarlo; que utilicemos nuestras emociones en una forma balanceada para adorarlo, no podemos llorar o reír siempre que le adoremos, nuestras emociones deben ser acorde a lo que queremos expresar. Al adorarlo con toda nuestra mente, lo adoramos con el entendimiento de lo que estamos haciendo, con profundidad, tomando el control de nuestros pensamientos, no permitir que éstos divaguen mientras le adoramos.

Pero también debemos adorarlo con todas nuestras fuerzas, con intensidad, desde lo profundo de nuestras entrañas. Si no lo hacemos así podemos terminar ofreciendo una adoración superficial, seca, indiferente y sin propósito.

A Dios no le interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial y las sobras de nuestro tiempo. Quiere nuestra entrega total a Él, no pedacitos de nuestra vida.

2. Andando en el Espíritu. (Gal. 5: 16, 22-25). Todos quisiéramos satisfacer los deseos de la carne, el que diga que no es un mentiroso, ya que mientras estemos en la tierra y con este cuerpo corruptible seguiremos teniendo los deseos provocados por la carne, esa que nos impulsa a hacer cosas que van en contra del Espíritu de Dios.

Cuando venimos a Cristo, nuestro espíritu fue renovado, nuestra alma encontró salvación, pero nuestra carne siguió siendo la misma, con la única diferencia que ahora ya no vivimos para satisfacerla, sino para contradecirla y agradar a los deseos del Espíritu Santo.

Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos tenido que enfrentar al hecho de: ¿Satisfacer a la carne o satisfacer al Espíritu?, lo más fácil es lo primero, ya que por naturaleza somos orientados a ello, pero lo segundo es lo que estamos aprendiendo, ese proceso diario de negarnos a nosotros mismos, tratando de hacer vivas esas palabras de Jesús al decirnos que el que quisiera ir en pos de Él tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo.

Este proceso de Andar en el Espíritu no es fácil y solamente lo lograremos cuando comencemos a llenarnos de la presencia de Dios en nuestra vida y eso solo se logra con una vida de devocional diario y de comunión intensa con el Señor. Andar en el Espíritu es evitar satisfacer los deseos de la carne llámense estos: envidia, rencor, odio, enemistades, pleitos, celos, contiendas, disensiones, etc. Pero esto solo se logrará a través de una relación personal verdadera con el Señor. Andar en el Espíritu es analizar cada cosa que haré en el día para evaluar si es o no agradable a Dios, es negarse a lo que realmente quisiera hacer, pero que se que va en contra de su voluntad y por ello prefiero aguantarme las ganas y no fallar, todo por amor a Dios y no por imposición.

3. Guiados por el Espíritu Santo. (Juan 16:13). La importancia de ser guiados por el Espíritu Santo es la clave y la garantía de tener victoria y cumplir con la voluntad de Dios en nuestra vida y ministerio. ¿Habrá algo más grandioso que saber que Dios mismo nos está guiando? Puede que nos diga: "Ve por aquí" o "Haz esto y aquello" y cuando entendemos el valor de tener detrás a Dios como guía no podemos menos que buscar siempre su dirección. Nadie jamás podría guiarnos mejor que Él. Para ser guiados por el Espíritu Santo debemos tener una vida rendida a Dios, amándolo, temiéndole y obedeciéndole. Nosotros por nuestra cuenta podremos hacer cosas buenas en nuestro ministerio y vida en general, pero el Espíritu Santo siempre nos guiará a hacer lo mejor en todo. En cuanto a nuestra ofrenda a Dios nos guiará a dar la mejor adoración. Debemos pedirle siempre al Espíritu Santo que nos guie a adorar a Dios como Él quiere que le adoremos.

4. Teniendo tiempo a solas con Dios. (Marc. 6:45-46). La adoración pública generalmente carece de intimidad. La adoración pública debe ser un reflejo de la adoración en lo secreto. La adoración intima se da en la intimidad de mi corazón y de mi habitación. Que pensarías de un hombre que en la intimidad nunca le dice a su esposa que la ama, nunca le muestra afecto, pero en público la trata maravillosamente. Todo tipo de halagos y cariños salen de sus labios cuando la gente los ve. ¿Pensarías que este hombre es un hipócrita verdad? Pensarías que solo pretende para ser visto por los demás. Así suena la adoración pública que no está respaldada por una adoración privada. Cuando en la adoración no hay intimidad, esta carece de deleite y se torna una carga o una obligación.

Pautas a tener en cuenta:

1. Seleccionar el Lugar. Preferiblemente elegir un lugar tranquilo, silencioso, que nos aseguremos de no ser molestados durante nuestro devocional.

2. Escoger una Hora Adecuada. Muchos piensan que la mejor hora para el devocional es en la madrugada, por la quietud, por tener una mente despejada por el descanso nocturno, por la poca probabilidad de interrupción. Todo tiempo es igualmente beneficioso, lo ideal es escoger una hora en que no estemos cansados o con prisa.

3. Tiempo para el Devocional. Al comienzo bastarán unos 30 minutos, pero, con el tiempo este tiempo será demasiado corto.

4. ¿Cuántos Devocionales Diarios? Si no es posible seleccionar suficiente tiempo en la mañana, podemos dividir nuestro devocional en varios lapsos durante el día.

5. Podemos dividir nuestro tiempo a solas con Dios en dos partes:

5.1. Estudio de la Palabra. Es recomendable tener un plan de lectura organizada. Un ejemplo de ello puede ser proponerse leer la Biblia completa, comenzando por el Nuevo testamento y continuando con el Antiguo Testamento. Se pueden leer 3 capítulos diarios y seleccionar de esos capítulos uno solo o una porción pequeña en la cual meditaremos.

5.2. Nuestra Comunicación con Dios. Este tiempo lo podemos emplear para:

 Ser sinceros con Él y confesarle lo que sentimos, lo que queremos, lo que deseamos de Él, cómo nos sentimos frente a algunas situaciones, ser transparentes en nuestra comunicación.

  Elevar nuestras peticiones a Él.

  Pedir perdón por los pecados que pudo habernos mostrado la Escritura en el estudio que hicimos.

  Interceder por nuestra familia, Iglesia, ministerio, líderes, pastores, amigos, vecinos, ciudad, país, la salvación de las almas, o cualquier otra cosa que el Señor ponga en nuestra mente o corazón en ese momento, para ello debemos aprender a desarrollar nuestra capacidad de oírlo a Él.

  Dar gracias por lo que Él hace en nuestra vida, nuestra familia, nuestra Iglesia, etc. La Biblia nos exhorta a ser agradecidos.

  Lo más importante: Adorarle con nuestra alabanza, con nuestro cuerpo, etc.

5. Ofreciendo la adoración desde nuestro espíritu. (1 Cor. 14:15.) El espíritu del hombre tiene tres funciones principales que son la conciencia, la intuición y la comunión. La conciencia es el área del espíritu donde Dios nos hace distinguir lo bueno y lo malo. La comunión es el área de nuestro espíritu que adora a Dios y en la cual Él se comunica con nosotros. La intuición es el área donde recibimos revelaciones de Dios. Par ser verdaderos adoradores las funciones de comunión e intuición de nuestro espíritu deben activarse y desarrollarse, para que podamos vivir una vida espiritual, como seres espirituales que somos, y así aprender a conocer como Dios quiere que le adoremos en cada momento. La única forma de ser guiados por el Espíritu Santo es desarrollando la habilidad de oírlo.

Desarrollamos o activamos nuestro espíritu cuando oramos en lenguas. El que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios" (1ª Cor. 14,2). Cuando oramos en lenguas, nuestro espíritu ora (1 Cor. 14:14.) Cuando oramos en lenguas nuestro espíritu se edifica. (1 Cor. 14:4).

6. Conociendo a Dios y su Palabra. (Juan 17:3 – Col. 3:16) ¿Cómo puedo adorar a alguien que no conozco? ¿Cómo puedo adorar a alguien cuyos atributos ignoro? ¿Cómo puedo adorar a un Dios con el que no me he relacionado lo suficiente para conocerle? Mucha gente "adora" a Dios sin conocerle. Muchos cristianos han entregado sus vidas al Señor, tienen vida eterna y el cielo les espera. Pero no han conocido a Dios de una manera intima y personal. Aquel que conoce a Dios en la intimidad y en su vivencia diaria será un excelente candidato para ser un verdadero adorador.

Como adoradores debemos saber lo que la Palabra nos enseña acerca de la verdadera adoración: las expresiones de adoración, la revelación de la restauración de la adoración desde el tabernáculo de David, la verdadera adoración neotestamentaria, la adoración en los salmos, el carácter de Dios y en fin, todo lo que podamos aprender para vivir como verdaderos adoradores.

7. Adorando en todo momento y lugar. Un adorador real, ama y sirve a Jesús, no importa el lugar donde se encuentre. Este ejemplo lo podemos tomar de David que lo mismo adoraba al Señor mientras cuidaba y pastoreaba sus ovejas, sirviendo de soldado en el ejército y ante el trono y un palacio siendo rey.

Muchas personas, equivocadamente piensan que adorar a Dios en espíritu y en verdad es algo que se hace en los días de servicio solamente; cuando todos están congregados. Adorar a Dios en espíritu y en verdad implica mucho más que simplemente atender a los servicios regulares, cantar, orar, leer la Biblia y aparentar ser un buen cristiano, estar en el grupo de alabanza, o en el equipo de danza. Es verdad que nos debemos congregar para glorificar a Dios, pues esto es agradable a Él, pero solo cuando aprendemos a adorarlo en todo momento y en todo lugar, vamos en camino para convertirnos en verdaderos adoradores.

Los verdaderos adoradores, los que adoran en espíritu y en verdad ofrecen una adoración que brota de lo profundo del corazón, la cual es el resultado del ejercicio diario. Como un médico, ingeniero o maestro, que estudiaron e hicieron prácticas antes de desempeñarse en su profesión. Ellos son profesionales en su área así no estén trabajando. Lo mismo debe suceder con los verdaderos adoradores, que lo son así no estén manifestando expresiones físicas de adoración. De lo anterior podemos concluir que los verdaderos adoradores lo son por la práctica, y con ello no se hace referencia a los ensayos de danza o alabanza, o a los seminarios o escuelas de adoración, sino al hecho de practicar el adorar a Dios en nuestro tiempo a solas con Él.

Esto significa que adorarle en espíritu y en verdad se convierte en una manera de vivir, en un estilo de vida, lo cual significa que adoramos a Jesús en todo momento, y en donde quiera que estamos: en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la escuela, en el mercado, en el carro, con nuestros amigos, con nuestros familiares, en todo momento y en todo lugar. ¿Cómo podemos adorar en todo momento?, entendiendo que somos adoradores y con nuestro modo de vida, con nuestro testimonio de vida, estamos glorificando a Dios en todo lo que hagamos.

8. Siendo persistentes. Hay muchas más cualidades que envuelven a un adorador auténtico, pero una muy importantes es que los verdaderos adoradores son insistentes y persistentes cuando quieren adorar y ofrecer sus presentes al Señor. Un ejemplo hermoso lo encontramos en los Magos de Oriente que adoraron a Jesús con sus regalos. (Mateo 2:1-11) Ellos se dejaron guiar por la estrella hasta que llegaron a la casa donde se encontraba Jesús. Les tomó mucho tiempo encontrar el lugar exacto donde se encontraba Jesús, pero no desistieron de su búsqueda. Quisieron adorar a Dios y no se devolvieron a su lugar de origen hasta que lograron su propósito.

Habrá ocasiones en que los adoradores sentirán que su adoración no es efectiva, pero a pesar de ello se debe ser persistente y seguir adorando a Dios, sin importar la situación por la que se esté atravesando.

9. Ofreciendo una adoración reflexiva. El mandamiento de Jesús de «amar a Dios con toda tu mente» se repite cuatro veces en el Nuevo Testamento. A Dios no le agrada que cantemos himnos, oremos con apatía y exclamemos con indiferencia ¡Gloria a Dios!, sin pensar en lo que hacemos. Si no pensamos en lo que hacemos cuando adoramos, la adoración no sirve. Si alguien se te acerca y repite diez veces: «¡Te aprecio!», es probable que pienses «¿Por qué?». Tú preferirías dos cumplidos específicos a veinte generalidades vagas. A Dios también.

10. Ordenando las prioridades en nuestra vida. (Mat. 22: 37-39 – 1 Tim. 5:8). Hay un orden de prioridades que debemos guardar si queremos ser verdaderos adoradores: Primero Dios, segundo nuestra familia (cónyuge, hijos y el resto de la familia); tercero nuestro trabajo secular, ministerio, estudios, diversiones, etc.

Hemos visto que Dios nos indica claramente que Él debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas (prioridad No. 1), porque de Él mana la vida. Si estamos en constante comunión con Dios, él nos mostrará cómo relacionarnos con nuestra familia (prioridad No. 2), pondrá de su sabiduría en nuestro corazón y estaremos dispuestos a dedicar nuestro tiempo y nuestras capacidades al bienestar familiar. Siendo familias que funcionen debidamente, podremos trasmitir el evangelio de manera efectiva, con nuestro testimonio y anunciando que: Jesús es la respuesta. Manteniendo nuestro trabajo secular, haremos provisión para nuestra familia primeramente y también podremos bendecir a otros, dando ayuda al necesitado. (prioridad No. 3). Como podemos notar, si queremos ser verdaderos adoradores, Dios debe ser el primero en todo.

Conclusión: Quienes están dispuestos a decir: “Dios, ya no me tienes que seguir buscando, porque hoy he decidido ser un adorador en todo lo que hago y digo, un verdadero adorador que te adore en espíritu y en verdad. Heme aquí”

lunes, 30 de agosto de 2010

LA ADORACIÓN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD


(Juan 4: 23-24)

¿Qué significa adorar al Padre en espíritu y en verdad? Muchos dicen que adorar a Dios en espíritu significa adorar guiados por el Espíritu Santo y adorarlo en verdad significa adorar a Dios como Él guía en Su Palabra. Pero eso no es lo que Jesús le dijo a la mujer samaritana. Entonces, si "en espíritu y en verdad" no significa " adorar guiados por el Espíritu Santo y en armonía con la Palabra de Dios", entonces, ¿qué significa?


Antes de seguir es importante recordar el contexto de la adoración en el Antiguo Testamento:

En el libro de Éxodo, capítulos 36 al 40, encontramos lo referente a la construcción del tabernáculo. Debemos recordar que el tabernáculo de Moisés se constituyó en el centro de la vida religiosa del pueblo de Israel y durante la travesía por el desierto era el lugar en donde se rendía adoración a Dios.

Después de la conquista de Canaán el tabernáculo, junto con el sistema de sacrificios fueron establecidos en Silo. Durante la decadencia espiritual del sacerdocio de Elí y sus hijos, los filisteos capturaron el arca. El arca fue devuelta a Israel después de que Dios asoló a los filisteos con una plaga por mirar dentro de ella. El arca fue recibida en Bet-semes y posteriormente en Quiriat-jearim, donde permaneció durante 20 años en la casa de Aminadab porque el rey Saul nunca se interesó por ella.

Después de esto David trajo el arca a Sion donde le construyó un nuevo tabernáculo. Para esta época habían dos tabernáculos en Israel, el tabernáculo de Moisés, ahora en Gabaón, donde se seguían realizando los sacrificios y holocaustos, pero el lugar santísimo no contenía el arca, ya que esta estaba en el tabernáculo de David en Sión.

Más adelante el rey Salomón construye un majestuoso templo en Jerusalén y el sistema de adoración instituido a través de Moisés es trasladado allí. Este templo fue destruido por el rey babilónico Nabucodonosor aprox. en el año 587 A.C. El templo que había en la época de Jesús fue el que reconstruyó mucho después el rey Herodes, en el cual se seguía adorando con el ritual establecido por la Ley Mosaica.

Ahora, Para la época de Jesús los israelitas se habían dividido en tres subculturas: Galileos: Por haberse fusionado la población con extranjeros, no judíos de religión, los galileos no eran bien vistos por los judíos fervientes, que llamaban a la región "Galilea de los gentiles”. Samaritanos: Los samaritanos eran seguidores de la Ley, admitían sólo el Pentateuco, rechazaban el resto de los libros del Antiguo Testamento y no reconocían a Jerusalén como centro religioso. Ellos tenían su templo en el monte Gerizín, en Síquén. Entre ellos y los judíos existía un odio mutuo. Judios: La ciudad principal de Judea era Jerusalén. Su importancia era, en primer lugar, religiosa: allí estaba el único templo judío del mundo, al que todos debían peregrinar por lo menos una vez al año.


I. LA ADORACIÓN A DIOS EN ESPÍRITU

A. SIGNIFICA OFRECER ADORACIÓN "ESPIRITUAL"

En el pozo de Jacob, Jesús y la mujer samaritana discutieron el asunto de la adoración. Los samaritanos y los judíos diferían sobre donde debería adorarse (Juan 4:20). Los samaritanos creían que debían adorar en Gerizim. Los judíos entendían que debía ser en Jerusalén. Sin embargo, podemos ver el contraste hecho por Jesús: Los judíos habían adorado correctamente al ir a Jerusalén, pero iba a venir el tiempo cuando el lugar donde adorar no sería algo importante.

Jesús dijo que llegaría el tiempo para un tipo diferente de adoración donde esta no sería definida por un lugar determinado. En Juan 4:21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”. Y en 4:24 le dijo: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y verdad es necesario que le adoren”. Para entender lo que Jesús le estaba revelando a esta mujer observemos los siguientes textos:

 (Juan 4:24). Dios es Espíritu.

 (Gén. 1:26). Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. 

 (Sant. 2:26). Es decir, somos seres espirituales porque somos un espíritu, no es que tenemos un espíritu, somos un espíritu.

 (1 Tes. 5:23). Somos un espíritu que interactúa con otras personas por medio del alma y a través el cuerpo.

 (Gál. 5:16). Tenemos que aprender a andar en el Espíritu, a movernos en el mundo del espíritu, por medio del Espíritu Santo.

Debemos recordar que el sistema de adoración de los judíos se caracterizaba por una serie de rituales físicos, tales como el ofrecimiento de ofrendas, los holocaustos, etc. En contraste con lo que es principalmente físico, la adoración que estaba por venir, de que hablaba Jesús, estaba más de acuerdo con la naturaleza de Dios. Esta explicación es acorde a Juan 4:24: “Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Jesús está diciendo: La adoración que ofrecemos a Dios debe ser "en espíritu", es decir, espiritual. Debe fluir desde nuestro espíritu, desde nuestro interior.
Cuando Jesús le dijo a la mujer que llegaría el momento en que no adorarían al Padre ni en Gerizin, ni en Jerusalén, es decir, que no sería fundamental un lugar físico para adorar, estaba haciendo referencia a que el lugar para adorar a Dios sería establecido en nuestro espíritu. Hoy somos el templo de Dios, no un lugar para venir a adorar a Dios, sino un lugar desde donde fluye la adoración a Dios.

En el plano de lo físico, esto quiere decir que ahora podemos adorar en cualquier lugar, a diferencia de cómo lo hacían en el Antiguo Testamento. A partir de esta revelación podemos ver verdaderos adoradores adorando ya no en el templo físico o material, sino desde su templo, en cualquier lugar físico: María, la hermana de Lázaro, adoró a Jesús en su casa en Betania, la multitud en la entrada triunfal de Jerusalén, la mujer pecadora que adoró a Jesús en la casa de Simón, los 120 en el aposento alto, Pablo y Silas en una cárcel de Filipos, etc.



B. LA ADORACION EN ESPÍRITU ES OPUESTA A LAS ORDENANZAS DE LA LEY

1. La adoración del AT consistía de ordenanzas carnales, corporales, que tenían que ver más con lo físico que con lo espiritual. ver Heb 9:1-10

Una estructura física (el tabernáculo). Un sacerdocio especial, vestidura para los sacerdotes, candelabros, incensario, días festivos, Sacrificios de animales y ofrendas, todo lo cual apelaba a los sentidos carnales o físicos del hombre, no tenían ninguna relación con su espíritu.


2. La adoración del NT está dirigida más hacia el lado espiritual del hombre:

a. El templo de Dios es ahora espiritual adoptado por cristianos (1 Cor 3:16; Ef 2:19-22)

b. Todos los cristianos son sacerdotes, que ofrecen sacrificios espirituales (1 Ped 2:5,9)

c. Nuestras oraciones son como dulce incienso (Apoc. 5:8)

d. Nuestra música es hacer melodía con el corazón, no con instrumentos musicales (Ef 5:19)

e. Sacrificios espirituales de adoración y servicio (Heb 13:15; Rom 12:1)

El énfasis está en el espíritu del hombre, ¡no en sus sentidos físicos. Las ordenanzas físicas del Antiguo Pacto fueron hasta "el tiempo de reformar las cosas" (Heb 9:9-10), lo que ocurrió con la venida del Nuevo Pacto. Como proclamó Jesús, la nueva adoración está más de acuerdo con la naturaleza de Dios ("Dios es Espíritu"), diseñado para relacionar más a la parte espiritual del hombre con Dios.

C. LA ADORACIÓN EN ESPÍRITU NO PROCEDE DEL ALMA: VOLUNTAD, MENTE O EMOCIONES, ÉSTA ES SOLO EL VEHÍCULO PARA EXPRESARLA. Si nuestra adoración no fluye desde nuestro interior, desde nuestro espíritu, terminaremos cometiendo el error de muchos: confundiendo las expresiones de adoración con la verdadera adoración.


II. LA ADORACIÓN A DIOS EN VERDAD

Jesús le dijo a la mujer samarita que llegaría el momento en que se ofrecería a Dios una adoración que estaba más de acuerdo con la verdad, con la realidad.

Para entender esto, debemos tener en cuenta que muchos elementos de adoración en el Antiguo Testamento eran simplemente una sombra o figura de lo que vendría:

a. El tabernáculo era un símbolo (Heb 9:8-9)

b. La Ley era solo una sombra de lo que vendría (Heb 10:1)

c. La adoración del Antiguo Pacto, era una sombra o símbolos de la verdadera adoración. Los sacrificios de animales eran símbolo del sacrificio de todo nuestro ser que debemos presentar diariamente en adoración a Dios (Rom. 12:1); el sacerdocio levítico era símbolo del mejor sacerdocio que hoy tenemos (1 Pedro 2:5); la fuente de bronce era símbolo de la limpieza que hoy hace la Palabra en nuestra vida (Efe. 5:25-26); el candelero era símbolo de la revelación que nos da el Espíritu Santo, especialmente cuando le adoramos (1 Cor. 12:7-8); el altar del incienso ara símbolo de las oraciones que elevamos a Dios (Apoc. 5:8); el lugar santísimo, en el que entraba solo el sumo sacerdote una vez al año, era símbolo de la presencia de Dios a la que hoy podemos entrar con plena libertad (Heb. 4:16); la sangre depositada en el propiciatorio para hacer expiación por los pecados del pueblo era símbolo de la sangre de Cristo que nos da libre acceso a la presencia de Dios (Heb. 9:11-12).

d. La adoración del Nuevo Pacto está de acuerdo a la verdadera realidad. El énfasis ya no está en lo que eran símbolos o una sombra de las cosas por venir (La Ley), sino en lo que es verdad o real. El rey David recibió la revelación de la adoración en verdad y la estableció en el tabernáculo de Sión. En el Salmo 132:13 dice que este fue el tipo de adoración que el escogió, en lugar de la adoración mosaica (Salmo 78:60). La adoración en verdad es la forma como Dios quiere que se le adore, con música, con cantos, gritos, con danza, vidas rendidas a Él, etc.


CONCLUSIÓN: Esta explicación de la adoración a Dios "en espíritu y en verdad" está más de acuerdo con el contexto inmediato. Dios es un ser espiritual y requiere un servicio espiritual proporcionado a su ser, y entonces aquellos que le rinden un homenaje, deben hacerlo desde su espíritu, y de acuerdo a los mandamientos que Él ha ordenado, en verdad.